Cuando llega la primavera y las temperaturas empiezan a subir, los propietarios de piscinas ya comienzan a pensar en el primer baño del año. Pero antes de lanzarte al agua, es imprescindible poner a punto la piscina para asegurarte de que todo funciona correctamente y el agua esté en perfectas condiciones. En esta guía práctica te explicamos paso a paso cómo preparar tu piscina para el verano, empezando en abril o mayo.
¿Por qué es importante empezar en primavera?
Abril y mayo son los meses ideales para hacer la puesta a punto de la piscina. Las temperaturas aún no son demasiado altas, por lo que puedes trabajar con comodidad y asegurarte de que todo esté listo cuando realmente empiece la temporada de baño. Además, actuar con tiempo te permite detectar posibles averías y solucionar problemas sin prisas ni sobresaltos.
Limpieza general de la piscina
Retira la cubierta y limpia los alrededores
Si tu piscina ha estado cubierta durante el invierno, retira con cuidado la lona o la cubierta y déjala secar al sol antes de guardarla. Aprovecha para limpiar bien los bordes, la piedra de coronación y el pavimento alrededor de la piscina. Eliminar hojas, tierra o restos de suciedad evitará que terminen dentro del agua.
Limpieza del vaso
Si la piscina ha estado vacía, es el momento de limpiar el vaso con productos específicos para eliminar restos de cal, algas o manchas. Si ha estado llena, realiza una limpieza superficial del fondo y las paredes con un limpiafondos manual o automático.
Revisión del sistema de filtración
Antes de poner en marcha el equipo de filtración, revisa que todo esté en buen estado:
- Bomba: comprueba que no haya fugas y que el motor arranque correctamente.
- Filtro: si es de arena, realiza un lavado y enjuague. Si es de cartucho, límpialo bien o cámbialo si es necesario.
- Skimmers y boquillas: limpia los cestos y asegúrate de que no hay obstrucciones.
Encender el sistema unos minutos y comprobar que el caudal es el adecuado te ayudará a detectar cualquier fallo a tiempo.
Control del nivel y estado del agua
Si la piscina ha permanecido llena durante el invierno, probablemente necesitarás:
- Retirar hojas y suciedad flotante.
- Ajustar el nivel de agua, ya que suele bajar por evaporación o lluvias intensas.
- Vaciar parcialmente el agua si está muy sucia o desequilibrada, y rellenar con agua nueva.
Si vas a llenar la piscina desde cero, asegúrate de hacerlo con agua potable o de calidad adecuada para baño.
Equilibrio químico del agua
Una vez tengas el agua lista, es fundamental analizar sus parámetros y ajustar:
- pH entre 7,2 y 7,6.
- Alcalinidad total entre 80 y 120 ppm.
- Cloro libre entre 1 y 3 ppm.
- Dureza cálcica entre 200 y 400 ppm.
Si el agua ha estado estancada, aplica un tratamiento de choque con cloro o un desinfectante adecuado para eliminar bacterias, algas y microorganismos.
Prevención de algas y mantenimiento inicial
En primavera es recomendable añadir un algicida preventivo para evitar que se formen algas en las primeras semanas, sobre todo si las temperaturas suben rápido.
También puedes añadir floculante líquido o en cartuchos para mejorar la transparencia del agua y ayudar al filtro a eliminar las partículas más finas.
Revisión del sistema eléctrico y accesorios
Comprueba que el cuadro eléctrico de la piscina funcione correctamente, y revisa:
- Programadores o temporizadores.
- Luces subacuáticas.
- Electrolizadores salinos o dosificadores automáticos (si los tienes).
También es buen momento para revisar escaleras, duchas solares, limpiafondos automáticos y otros accesorios que vayas a utilizar en verano.
Planifica el mantenimiento regular
Una vez que tu piscina esté lista, establece una rutina de mantenimiento semanal:
- Comprobación de los parámetros químicos.
- Limpieza del prefiltro y skimmers.
- Revisión visual del estado del agua.
- Limpieza del fondo con limpiafondos.
Esto evitará problemas mayores durante la temporada de baño y te permitirá disfrutar de una piscina limpia, segura y lista en cualquier momento.
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